Encontrarme contigo

Es verdad,
es la primera vez que lo confieso,
en todos las sombras,
en todas las hojas,
en todas las estaciones,
en todas las partes infinitas,
he buscado tu alma sublime.

He llegado a pensar que no te hayas en estos parajes que son comunes para mí.

He llegado pensado que tu composición física no es común.

Eres la que reluce en el fondo del cielo estrellado.
Eres tal vez tu “la luz de la muerte”.
Eres una de esas luces que viajan años luz.
Eres tú titilando.
Eres Andrómeda.
Eres tal vez Canopus surcando el mar del cielo.
He buscado otras veces en los jardines,
entre los narcisos y jazmines,
entre las líneas de libros empolvados,
entre los seres mitológicos de mis terroríficos sueños.

He imaginado tu figura,
uniendo las estrellas,
en constelaciones improvisadas.

He besado a mil rosas,
para sentir tus labios tibios.
Y aunque a veces la música logra calmar mi angustia,
los espinos que crecen en mi alma vuelven a dejarme rendido.

Sé perfectamente diosa mía
que debo encontrarte antes de morir
y sin equivocarme, pues de otro modo el rumbo de mi vida será en vano.