La casa del ministro (sueño II)

"Estábamos con mi esposa y mi hija bebé en una casa de campo. Era una casa bastante cómoda, de color blanco. Al salir al patio, vi a un señor que, al mirarlo bien, me di cuenta de que era el señor I, el ministro y ex secretario de la ONU. Lo saludé con bastante efusividad tratándose de tan importante personaje y mi sorpresa. '¿Cómo le va a usted y su familia?', le pregunté. Me contestó con educación y de manera muy ceremoniosa, entendiendo que el hombre es de alto rango y seguramente nunca pierde la compostura, menos con gente de pueblo como yo. Al mirar luego hacia la parte trasera de la casa, vi al expresidente F, pero no traté de saludarlo porque estaba bastante lejos y sería demasiado entusiasmo de mi parte ser tan cordial con estas gentes desconocidas. Después, al entrar, mi esposa me dijo: 'Mira, al final de la hacienda, hay un yate estacionado. Muy lindo, ¿no? Es del señor I. Se lo compró con el último soborno de votos que realizaron en la Cámara de Senadores para aprobar una ley que beneficia a las grandes corporaciones.' Era un yate que, a mi parecer, no era tan lindo, además de tener la proa no en punta sino redonda. Más que un yate, parecía un barco carguero, pero era blanco reluciente y con una franja azul por el medio. Luego, al mirar por la ventana, vi que había un galpón grande que decía 'Viña La Toscana'. 'Mira, amor', le dije a mi esposa, 'estamos en una viña. Esta es la casa de los cuidadores, porque la casa principal la veo allá al final, y creo que estos señores están haciendo un asado'. 'Si', me dijo mi esposa, 'están celebrando una de las últimas colusiones que realizaron y que todo fue un éxito. Desviaron la atención de la gente a través de los medios de comunicación mientras ellos hacían y deshacían. Es para celebrarlo, ¿no?'. 'Pobre rebaño', pensé para mí mismo."