Paradero 14

Miró a los ojos al vendedor y le dijo: "dame una sopaipilla". El hombre sacó la más caliente que había y se la dio. Tomó la micro en el 14 y, derrotado, se durmió. Luego de un largo viaje, llegó a casa mareado, asqueado del trabajo, del jefe, del tedio del día a día. Después de comer, comenzó a sentir escalofríos, un ligero dolor de estómago. Se preparó un té y, para distraerse un poco, encendió el televisor. Estaban dando las noticias, el periodista decía: "han atrapado esta noche al asesino, envenenaba a la gente en el 14 vendiendo sopaipillas".